Continuando con la labor
de recuperación y puesta en valor de las fuentes de las sierras de Cazorla,
Segura y las Villas, el pasado 5 de octubre de 2014, la Red de Voluntariado
llevó a cabo una actuación de restauración de la Fuente y tornajos de Martín
Sánchez.
Esta consistió en la
mejora de su accesibilidad y limpieza del entorno, y la sustitución de los
tornajos (muy deteriorados por el paso del tiempo), por otros nuevos, construidos
por los miembros de la Red.
Los objetivos principales de esta actuación consistieron en:
- Favorecer la presencia de anfibios y otra fauna asociada a este tipo de
ambientes por medio de la mejora de su hábitats.
- Mejorar la accesibilidad a la Fuente y su entorno.
- Recuperar los elementos de la fuente y abastecimiento de la misma.
- Puesta en valor de una fuente y su entorno para la educación e
interpretación ambiental.
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Situación inicial |
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Tornajos nuevos |
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Primeros trabajos |
Localización
Junto a la antigua casa
forestal de Martín Sánchez, situada en el monte público "Garganta de
Hornos y Agregados", y el punto de
encuentro fue en el cruce de la antigua carretera de la Garganta (Hornos a
Santiago de la Espada) con la carretera de Río Madera.
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Localización |
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Casa forestal de Martín Sánchez |
Los Tornajos
"Poco a poco, los
tradicionales tornajos de la Sierra van desapareciendo. Y con ello perdemos cultura,
paisaje y biodiversidad.
Para quien no los
conozca, los tornajos son abrevaderos que se hacían ahuecando un pino, que se
colocaba junto a una fuente o manantial en pleno monte para retener el agua
circulante y facilitar su disponibilidad para el ganado.
El pino que se
utilizaba era el salgareño, que es como aquí se le llama al pino laricio (Pinus
nigra ssp. nigra). Al conjunto de varios tornajos, dispuestos de manera que
unos vierten sobre otros, se le llama tornajera. Lo habitual en otras zonas de España es que
estos abrevaderos se construyeran con piedra, pero aquí siempre tuvo más éxito el pino, tanto por su
disponibilidad como por su resistencia, ya que, mientras el tornajo tenga agua,
sus grietas se cierran por la dilatación de la madera y aguanta décadas.
Los tornajos van a menos.
Muchos de ellos han sido sustituidos, primero, por abrevaderos de cemento, y
después, por los metálicos. Estéticamente, un horror.
Con cada tornajo que se
pierde, se nos va una porción de la cultura ganadera y sus oficios artesanos.
Se nos va un elemento que da carácter y personalidad al paisaje serrano. Se nos
va la huella y la memoria de las gentes que han modelado ese paisaje. Y para
colmo, se nos va un poco de nuestro patrimonio natural, porque cada tornajo
supone un pequeño ecosistema que saca su mejor partido a ese elemento mágico y
siempre escaso que es el agua: estas pequeñas balsas de madera son un paraíso
para los anfibios, entre ellos el pequeño sapo partero ibérico (Alytes
dickhilleni), una especie exclusiva de las sierras del sudeste ibérico cuyos
renacuajos prosperan felizmente en los tornajos, pero se cuecen en los
abrevaderos de metal. En definitiva, los tornajos son un pequeño pero
significativo exponente de todo lo bueno que ocurre cuando hay sintonía entre
ser humano, naturaleza y cultura (en el fondo, tres maneras de decir lo mismo).
Frente al bajo coste de
los abrevaderos de acero inoxidable, ¿podemos permitirnos, como sociedad, el
lujo de mantener los de madera? ¡Claro que sí! En tiempos de crisis esto puede
parecer descabellado, pero como tantas otras cosas, es cuestión de prioridades.
Por eso pido que se recuperen los tornajos en los terrenos públicos de nuestras
Sierras y que se subvencionen en los privados.
Y como estamos demasiado
acostumbrados a pedir subvenciones para todo, ¿qué tal si los ciudadanos
también nos implicamos con nuestras propias manos? Mañana sábado se presenta en
el castillo de Segura de la Sierra la creación, por parte de la Consejería de
Medio Ambiente, de la Red de Voluntarios del Parque Natural. He ahí una
oportunidad. Entre otras, claro."
Viernes, 3 de junio de
2011
Imágenes de la actividad
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